Móbiles exteriores
Nada que corte es una novela en la que recorremos dos mundos: la televisión y el hospital psiquiátrico. De un lado, la máxima del espectáculo: “La realidad era dura, pero con eso no alcanzaba: había que mostrarla de manera cruda.”
Del otro, el relato del hospital, donde las conversaciones inmotivadas, gratuitas, del afecto, del mambo, son el material sobre el que crece la charla de amigos. La fraternidad. Que muchas veces es lo que salva: lo que te salva la vida.
Que la modernidad es la lucha por sobreponerse a la quebrada entre mundo exterior e interior, lo sabemos. Nada que corte tiene el valor de volver a abrir la herida y dar cuenta de la epopeya de sobrevivir al trabajo y a la institución.
